
Hoy le susurro a la Luna que la monotonía nunca fue tan distinta, ni la soledad tan acompañada, ni las desconocidas miradas tan familiares. Esta noche, le susurro a la Luna que cuando me alejo, todo lo que dejo atrás es mío, y sólo mío, nunca cuando me acerco.
Cada día empieza mi vida.
a dreamer.
Pd: La foto, ayer, en una escapada improvisada al cine.